Te invito a tomar el té a mi vida. Si te morís envenenado o por causas similares... juro que es pura casualidad.

martes, 14 de diciembre de 2010

No te puedo ni ver

A veces (casi todos los días) me replanteo si no tengo ciertos problemas de inseguridad. La verdad es que pensar que una pendeja de mierda, sólo porque es linda me va a sacar a mi novio, puede ser un miedo. Pero no. La envidio por linda, por flaca y forra. Ay, ay. Me dan ganas de desdibujarle la cara a patadas, pegarle una piña en el medio del estómago y sacarle esa sonrisa de flogger conchuda por una vez en la vida. Lo peor es que me caía bien. CAÍA. Ahora me es más liviano comer un Big Mac con papas grandes y Coca Cola grande, 10 sobres de ketchup y un cuarto de helado. 
Ahora, vuelvo a preguntarme: ¿es inseguridad? ¿o me pasé al lado de la envidia?. No voy a mentir, no me considero la mina más fea de este planeta (a pesar de mis 7 kilitos cornudos de más). Pero la veo y me dan ganas de decirle que se la crea menos, que se de cuenta que es un cero a la izquierda y que mi novio es mio.
¿O el cero a la izquierda soy yo?
Sharon y sus dramas personales.






Sale un té de tilo para mí (dos de azúcar, por favor).