Porque si vamos al caso, me miento a mi misma. Me hago la que no me importa nada (así, levantando el hombro como cuando tenía 4 años) y a su vez me la paso llorando cada vez que puedo y nadie me mira.
Dale, pongamos ON a las ganas de vivir, che. No sé si tengo "pausa" en mi estado mental o le meto "stop". Ahora sí estoy segura de dos cosas: lo amo y no lo quiero olvidar.
Pero así también tengo bien claro: él no a mi, y ya me olvidó.
¿Té de tilo?
Dos de azúcar, por favor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario