Te invito a tomar el té a mi vida. Si te morís envenenado o por causas similares... juro que es pura casualidad.

lunes, 4 de abril de 2011

Chicle-goma

Va y viene. Así como un chicle cuando lo estirás. No sé si es lo más higiénico para usar como ejemplo, pero bueno, en fin.
Cuando todo parece haber llegado a su límite, él viene a decirme "te quiero" como cualquier persona dice "hola, qué tal". Se piensa que eso a MI no me afecta.
Ahora, veamos. SÉ QUE ME QUIERE. Lo sé. Porque si no me quisiera, no le importaría cómo estoy (aunque tampoco tengo la convicción de que le RE importe, pero algo es algo). Pero no es que no me alcance, si no que sabiendo que yo lo amo al punto extremo de morir/matar por él, ¿cómo puede él sentir algo tan chiquito por mi?
Menos mal que fui al supermercado e hice una compra doble de té de tilo. Si no, voy mal. Lo extraño o o o o o . Con muchísimas O y más extraños.



No hay comentarios:

Publicar un comentario