
Siempre es más fácil contar las cosas desde el punto de vista propio. Será simplemente una versión menos estructurada y ajustada de la realidad, de los temas álgidos que con el tiempo envenenan a los adolescentes y a los no tanto.
A propósito, mejor aprovecho esta entrada para decir que sí, que a veces soy bastante autosuficiente, egocéntrica y soberbia a la hora de escribir. Y que quizás con el correr de los post algunos de ustedes elijan dejar de leerme y cambiarme por uno de cuentos infantiles, otros le prohibieran a sus hijos que visiten esta página, muchos, muchos otros se rascaran sus partes despues de leer esto. No me importa, eso es lo que tengo para decir. Simplemente escribo esto como método terapéutico.
Si no estás dispuesto a leer cosas jodidas que seas feliz con Paulo Coelho o Jorge bucay.
Yo no soy la Cenicienta, ni Hansel y Gretel. Soy más bien el lobo. Un lobo confundido, ultrajado y autodestructivo.
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