Te invito a tomar el té a mi vida. Si te morís envenenado o por causas similares... juro que es pura casualidad.

viernes, 25 de junio de 2010

Punke'd


Te escucho, en este momento. Estás ahí improvisando música para mí. Para mis oídos, para mi alma. Buen, no hablemos de alma, ni nos acerquemos a eso. "The time of your life". Cómo odio este sentimiento de pertenencia. Me cae mal, o sea, vos no me caés mal. Me caes bien, sí. Bien. Demasiado bien. Che, me caés re bien.
Yo te cuento, vengo con letra chiquita al dorso: me oxido, tengo fecha de vencimiento, me quiebro, me rompo, soy frágil (tengo esas cintas alrededor, sí). Y vos estás oxidado, te venciste, te quebraste, te rompiste, y no sos frágil. Sos duro. Frío. Te juro por lo que más quiero, que te voy a reparar! Vas a ver que sí, puta madre!
Igual, no da que yo te preste este órgano lleno de sangre y venas que late (algo así como "corazón" le dicen) para que vos juegues, me lo rompas y me lo devuelvas. No me va esa onda de que mis cosas retornen en pedazos. Si te lo doy, me lo devolvés igual, si no yo no juego.
Estoy cazando mariposas, a ver si me las meto en el estómago y vuelan.
Me aterroriza inevitablemente tener sentimientos. Ay, me dan ganas de vomitar. Sos tóxico. Pero tan sano, nnnnnnnennnnnnnnne.

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